Esta obra nace de la memoria de mi abuelo paterno, a quien nombro “Dadiush”, que en zapoteco significa abuelo. Es la representación del viaje hacia el Mictlán: los ríos dorados que deben cruzarse, la balsa que lleva en su centro al jaguar como guía, y la transmutación que acompaña ese tránsito. Aquí deposito no solo el mito, sino mi propia búsqueda de encuentro con él. Es un homenaje íntimo a mi linaje, a la trascendencia de las historias que viví en la tierra y al vínculo eterno con mis ancestros.